“El poder de ser un maestro y coach“.

En este blog, exploraremos cómo el acto de enseñar y guiar a otros puede tener un impacto transformador en las vidas de las personas. Descubrirás historias inspiradoras de estudiantes y clientes que han experimentado un cambio significativo gracias a la dedicación y el apoyo de un maestro y coach. Aprenderás cómo cultivar relaciones significativas, inspirar el cambio positivo y marcar la diferencia en la vida de aquellos a quienes sirve. Descubrirás cómo el papel de un maestro y coach puede desarrollar estudiantes no solo líderes si no también felices en diferentes ámbitos de la vida. Indagaremos cómo el proceso de enseñanza y coaching puede potenciar las habilidades de liderazgo, fomentar la confianza y promover el crecimiento personal. Con consejos prácticos, aprenderás cómo ser en un agente de cambio y guiar a otros hacia el éxito. Soy educadora coach y mentora y he tenido la oportunidad de estar en aula antes de ser coach profesional y volver a aula luego de años formándome en coaching y mentoría. Así que me encantará hablarte desde mi experiencia personal, profesional y desde la investigación y la información de profesionales reconocidos en el rubro educativo y del crecimiento personal.

Elegir ser educador en la escuela o a nivel superior, es elegir una vida de servicio a los demás. Eres un instrumento para hacer que el otro brille al sacar a relucir el gran potencial que lleva dentro y que muchas veces está escondido. Ser maestro es una vocación, una misión y, por supuesto, una pasión. Los educadores se forman, como todo profesional, durante cinco años explorando áreas como la psicología, la didáctica, la pedagogía, en resumen, adquieren todas las herramientas y conocimientos que les permitirán ser competentes docentes. Me pregunto: durante estos años de formación profesional, ¿reciben una formación a nivel personal?, ¿se toman tiempo para indagar en quiénes son?, ¿desarrollan el autoconocimiento, la autoestima, la gestión de las emociones? Asumimos que un profesional ya cuenta con estas herramientas como parte de su personalidad. Pero, ¿cuántos hemos desarrollado interiorizado estas habilidades blandas? O ¿cuántos tenemos el nivel de consciencia para darnos cuenta que nos falta por mejorar?

Ser un excelente profesional no te hace un excelente ser humano. Nuestros estudiantes necesitan excelentes profesionales y más aún excelente seres humanos que sepan quiénes son y logren impactar a nivel académico, pero también a nivel personal inspirándolos a obtener logros y alcanzar sus metas. Un proceso de coaching, además de desarrollar habilidades que detallaré más adelante, te hace consciente de quién eres, dónde estás y hacia donde quieres ir a nivel personal, profesional y social.

Para los niños, sus maestros son algo así como súper héroes. Por ello, a continuación, te muestro siete de los súper poderes que un docente que se forma como coach puede adquirir y que por supuesto redundan en beneficio primero de él y luego de sus estudiantes:

1. Escucha más allá de las palabras: comunicación eficaz

¿Cuántas veces te has encontrado con un estudiante al que no logras conocer, con quien no logras entablar una conexión o no logras conversar, o cómo decimos coloquialmente, no abre su corazón y sus emociones contigo? ¿cómo puedes empatizar con un estudiante si no lo conoces? Un maestro con este súper poder puede escuchar más allá de lo que el estudiante dice, logra escuchar e interpretar lo que no dice, pero lo que sí demuestra con sus gestos, miradas, respiración, estado de ánimo. Aprende a escuchar no para responder, simplemente para comprender al otro. La formación como coach proporciona técnicas de comunicación avanzadas, como escucha activa y preguntas poderosas, que permiten establecer conexiones y empatía más profunda con los estudiantes. Como coach, puedes aplicar estas habilidades para comprender mejor las necesidades individuales de tus estudiantes y brindarles un apoyo más personalizado. Esto fortalece tu capacidad para transmitir conocimientos y fomentar un ambiente de aprendizaje positivo y enriquecedor.

2. Ver más allá de lo evidente: Gestión eficaz del aula

¿Te has puesto a pensar que como docentes atendemos entre 20 y 30 estudiantes en un aula, cada uno con una personalidad, talento, comportamiento y necesidades diferentes a las nuestras? El docente debe poder ver más allá de lo que sus ojos ven, debe escuchar su intuición y permitir que ella lo guíe. Para ello, es necesario silenciar nuestra voz interna llena de juicios y creencias. La formación como coach potencia esta habilidad proporcionándote herramientas y técnicas para la gestión del grupo, resolución de conflictos y motivación de los estudiantes. Puedes aplicar estrategias y herramientas de coaching para promover la participación activa, la responsabilidad y el respeto mutuo en el aula. Esto crea un ambiente propicio para el aprendizaje y mejora la disciplina y el rendimiento académico.

3. Mirar dentro de él mismo. Desarrollo personal y profesional

¿Te imaginas tener el poder de mirarte por dentro, mirar no solo tu estructura interna si no mirar tus pensamientos, tus emociones y sentimientos?, ¿reconocer cuando estás bien y cuándo no estás tan bien? ¿cuándo respondes desde el amor y cuándo respondes desde el ego o desde el inconsciente?

Siendo maestro, la formación como coach te brinda la habilidad no solo para apoyar a tus estudiantes, sino que también te beneficia a nivel personal y profesional. Al conocer los niveles de consciencia de un ser humano, aprendes primero a conocerte, comprenderte, hacerte consciente de quién eres y a dónde quieres, y ese es el punto de partida para establecer metas claras, identificar y superar obstáculos, y aprovechar tus fortalezas. Estas habilidades de desarrollo personal también te ayudan a crecer como educador. El coaching te brinda una mentalidad de crecimiento, te anima a mejorar continuamente tus habilidades pedagógicas y te permite adaptarte a las necesidades cambiantes de tus estudiantes.

4. Transmite a otros más poderes: Fomento de la autonomía y la autorreflexión

La formación como coach te proporciona herramientas y enfoques para fomentar la autonomía y la autorreflexión en tus estudiantes. Puedes guiarlos para establecer metas personales, identificar sus fortalezas y áreas de mejora, y desarrollar estrategias para alcanzar sus objetivos. Al adoptar un enfoque de coaching, les brinda la oportunidad de tomar decisiones informadas, asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje y desarrollar habilidades de autorregulación. Esto promueve su independencia, confianza y capacidad para aprender de manera autodirigida. No eres un docente que resuelve todo, eres un docente que acompaña y confía en que las respuestas para mejorar, generar autonomía y una reflexión que los ayude a aprender de sus errores o desaciertos están en los propios estudiantes

5. Escudo protector: Apoyo emocional y bienestar

Ser maestro implica no solo impartir conocimientos, sino también brindar apoyo emocional a los estudiantes. La formación como coach te proporciona este gran poder de ser un escudo protector, desarrollando habilidades para cultivar un ambiente de apoyo emocional y bienestar en el aula, caracterizado por respirar un clima de confianza, donde la acción o actitud de juzgar al otro simplemente no exista. Puedes aplicar técnicas de coaching para ayudar a los estudiantes a manejar el estrés, desarrollar la resiliencia y mejorar su autoestima. Esto contribuye a un mejor rendimiento académico, una mayor satisfacción personal y un ambiente de aula más saludable.

6. Traje del camaleón: Colaboración efectiva

Te brinda la posibilidad de ser como el camaleón y adaptarte con facilidad a los diferentes grupos de maestros, siendo empático y sintiéndote parte del grupo sin perder tu esencia. Pues, como maestro, es importante colaborar con otros maestros para compartir ideas, recursos y experiencias. La formación como coach mejora tus habilidades de comunicación y colaboración, lo que facilita la colaboración efectiva con otros educadores. Puedes utilizar tus habilidades de coaching para facilitar reuniones de equipo, establecer metas colectivas y promover un entorno de trabajo colaborativo. Esto no solo beneficia a tus colegas, sino que también enriquece tu propio desarrollo profesional.

7. Escudo indestructible: la confianza

La confianza brinda al maestro la posibilidad de no dejar que la frustración o el cansancio haga que “tire la toalla” con un estudiante. Es decir, siempre buscará formas creativas de lograr aprendizajes para la vida. Pues, un maestro formado también como coach aprende a confiar en el proceso que cada estudiante realiza para lograr aprendizajes significativos, respetando el estilo y el ritmo con el cual cada uno aprende. Gracias a esa confianza, la ansiedad por querer que aprendan rápido y mejor, se diluye y cambia por una enseñanza confiada en que cada niño y joven logra aprender en su tiempo y en su momento con la debida motivación. Además, entiende lo importante que es descubrir el talento natural de sus estudiantes, encaminando sus acciones a potenciarlo.

Estos son solo siete súper poderes, pero el coaching te brinda otros que en una próxima entrega ampliaré. Me encantará conocer tu opinión. Si eres maestro y te formaste como coach comparte algunas de tus experiencias y si no tienes una formación en coaching te invito a formarte.

Podrás visitar mi perfil en Hyspanik y conocer más de mí. Vine a servir y estoy aquí para ti.

Nury Bocanegra