
Hace unos meses atrás, quise escribir acerca de una de las cuatro emociones según mi experiencia que rompe a cualquier persona para bien o para mal.
Estas cuatro emociones que gobiernan el ser son: La felicidad, la tristeza, el miedo y finalmente la ira. Esta bitácora que hoy por fin decidí escribir va inspirada en la última de las cuatro emociones que acabo de detallar.
Antes de cualquier explicación científica sobre la ira; debemos de comprender que es el dolor emocional, esta se puede enmarcar en una respuesta natural a situaciones difíciles como pérdidas, rupturas o decepciones, que puede manifestarse en diversas emociones y afectar tanto la mente como el cuerpo. Es importante reconocerlo, aceptarlo y buscar estrategias para gestionarlo, ya sea a través de apoyo profesional o desarrollando habilidades de afrontamiento saludable.
¿Qué es el dolor emocional?
El dolor emocional se refiere a la angustia o sufrimiento psicológico que experimentamos ante eventos dolorosos o desafiantes en la vida. No es solo una emoción negativa, sino una experiencia compleja que puede incluir tristeza, mucha ira, ansiedad, baja autoestima, entre otras.
Ahora bien, el dolor emocional desencadenado por otras emociones negativas a menudo viaja con la experiencia y expresión de la ira. A menudo, lo que mostramos al mundo como ira es una respuesta secundaria a la angustia, el miedo y la vergüenza que soportados durante demasiado tiempo…
Hoy deseo, que comprendamos cuan importante es abordarla a tiempo, porque una persona iracunda guarda dos polaridades de lucha entre el dolor y el amor… Pues si no tenemos amor propio empieza el dolor, lo cual conlleva a además que se comience a minar dolorosamente tu entorno cercano como lo son: la familia, la vida en pareja, la vida laboral y las amistades cercanas [las cuales iran huyendo irremediable ante tanta victimización, ostigamimiento, maltrato físico y muchas de las veces maltrato verbal].
Si eres una persona irancunda y vas comprendiendo que vives entre el amor el dolor te recomiendo seas valiente y pidas ayuda, pues será el mejor regalo que tu futuro anhela y se estará salvaguardando tu presente viviendo en un «carpe diem» saludable.
Sal al mundo y busca tu felicidad completa, cierra etapas y comienza a darle a tu alma ese oxígeno de paz que necesita.