Ego vs Humildad

16 de febrero de 2024

Ego versus Humildad, desde la óptica de las Necesidades Humanas.

Desde que en 1943, en su obra Una teoría sobre la motivación humana, el Psicólogo estadounidense Abraham Maslow presentó las necesidades humanas en forma de una pirámide, estas han protagonizado el estudio, clasificación y seguimiento del quehacer y crecimiento humano, hasta evolucionar a la escala planteada por Damien Soitout en el 2016, que plantea existen 6 necesidades humanas fundamentales: Seguridad, Variación, Filiación /Amor, Importancia, Crecimiento y Contribución.

La persona es un ser de necesidades múltiples e interdependientes (Hopenhayn et al 2010), lo cual nos permite conocer, manejar e intervenir en favor, de esas trabas que limitan el crecimiento y desarrollo humano, y en el caso de este artículo de hoy, y de mi simpatía por el tema de las necesidades, vamos a evaluarlas en el marco del debate que ha existido entre el Ego y la Humildad.

En el desarrollo humano, el ego tendría más que ver con esa voz interna, que nos orienta en cuanto a nuestra valía, posición en la sociedad, autoestima, autoconfianza y autoafirmación, eso, si no se contamina con miedos, ansiedad o creencias limitantes, momento en el cual pasa de ser aliado, a fuerte enemigo de, la felicidad, de nuestras relaciones, consecución de metas y logros, alejándonos de la realidad.

Ahora, ¿cómo distinguir entre la confianza legítima y la arrogancia encubierta?. La respuesta radica en la capacidad de mantener la humildad. La humildad, en su esencia, es la capacidad de reconocer nuestras fortalezas, sin jactancia, y nuestras debilidades sin temor. En un momento en que la sociedad valora la autoafirmación y la competencia feroz, la humildad se presenta como un bálsamo necesario para contrarrestar la arrogancia. Contrario a lo que se pueda creer, la humildad no es un signo de debilidad, sino más bien una expresión de la más alta sabiduría, autenticidad e inteligencia espiritual, pues solo busca estar en paz, consigo mismo y no con los demás.

Dicho lo anterior, qué relación guardarán tanto ego como humildad, con las necesidades humanas, y la contestación a esto lo encontramos en el hecho que, cuando hay exceso de “Seguridad”, de temor al cambio, necesidad obsesiva del control, estabilidad y comodidad, esto lleva a dar mano del ego, como manera de crear una visión que permita mantener el sosiego, y por ello lo convertimos en arma en vez de amor. Por su parte la “variación”, siempre representará un estado de desequilibrio y reto, lo cual, frente a la incapacidad de optar por tomarlo como una oportunidad, enciende el ego para la defensa. En cuanto a la “Filiación /Amor”, nada más lejano del amor, que un ego arrollante y egoísta. Por su lado, si la percepción de sí mismo está afectada por traumas, antecedentes y creencias limitantes, la “Importancia” tomará matices de primero yo, segundo yo, y después yo, alejándonos de los demás. Cada hecho de sencillez, paz interior y autoafirmación, nos eleva y hace progresar, por lo que nada más contrario al “Crecimiento”, que un egoísmo y protagonismo, máxime, si se acompaña de miedo, temor al cambio y a nuevas experiencias, o lo que es lo mismo, aprehensión al crecimiento. Por último, y no menos importante, el ego desmedido, nos aleja del servicio, del dar y dejar un legado, o sea, de la “Contribución”, lo cual sería contrario al mayor grado de crecimiento humano, ya que nos limita de ese grado espiritual que nos diferencia del resto de los animales, y nos da esa categoría humana que nos distingue.


Por su parte, la humildad permite transitar la seguridad, pero sin ataduras ni desconfianzas; la variación sin miedos, sino con esperanzas; la filiación/amor, entendiendo que es dando a los demás, cuando mas recibimos del universo, la importancia, estando convencidos que si actuamos con fe y buena intención, los demás serán quienes den testimonios de nosotros; que la humildad de abrirnos a conocer cada día algo nuevo, algo desconocido, algún complemento de lo que ya sabemos, crecer, eso nos hará más inteligentes y por ende más útiles, y finalmente, la humildad nos acerca a ese grado de contribución, consigo mismo, con sus seres queridos y con el mundo, lo cual nos aproxima a la evolución como seres que pasamos y pisamos esta tierra, y algo dejamos a nuestro paso.

Finalizo reafirmando la tesis que, el ego, desde la óptica de la sana convicción, reafirmación y autoestima, es aliado de la humildad, actuando ambos en la paz, crecimiento y felicidad que tanto buscamos.

4 comentarios

  1. Maria Francesca Congiu

    16 de febrero de 2024

    Gracias Dr. por esta entrega. Reconocer al EGO desde la naturalidad sin atacarlo, y acaptarlo como aliado

  2. Monica

    16 de febrero de 2024

    Buen detalle , pero quisiera saber , como coach , como abordarías un exceso de ego en una persona que cree ser humilde , pero por su conducta con los demás , se tiene evidencia que no lo es?

    • Angel Maza

      19 de febrero de 2024

      Saludos Mónica. Utilizaría alguna de estas 3 estrategias:
      – Una fábula, donde algún protagonista avisas del ego, y eso lo aleja del éxito
      – Un Test, ya existente o diseñado por mi, para mostrarle que está en el rango malo del espectro del Ego
      -Sesiones de Coaching, para determinar que quiere mejorar, y con ello, poder mostrarle cómo el ego afectaría sus planes…
      Eso se me ocurre…🙏🏼🙏🏼🙏🏼

  3. Vanessa

    19 de febrero de 2024

    ¡Gracias Dr Ángel por esta reflexión! Es un tema que refuerza en mi, la importancia y la incansable búsqueda del equilibrio.

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